Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

martes, 7 de febrero de 2012

Que yo, en realidad.

Que yo, en realidad.

Que yo en realidad no. O sí, no sé. Es probable. Es bastante probable. Bueno, sí sé. En realidad sí sé, pero no lo tengo claro.

Es como cuando en un examen crees que es la A, pero la B también te suena. Y bueno, tú realmente sabes que es la A, pero es que la B. La B también podría ser, y la mera posibilidad de que pueda ser la B te hace dudar, aunque sabes que es la A. Porque tiene que ser la A, ¿no?

Es cuando. Eso no me gusta decirlo porque de pequeña mis profesores me decían que no es forma de definir. Es cuando. Bueno, mis profesores en plural no, sólo uno. Pero ahora no recuerdo quién fue, y es mejor hablar en general. Sin herir sensibilidades.

A mí no me hieres porque no soy sensible. ¡Pero qué digo! Si en el fondo... Tú sabes. No, no sé. Es lo más odioso del mundo. Tú sabes. No, o sea, ¿verdaderamente me consideras tan estúpida como para preguntar si ya sé? Sí, sé que a veces me hago la tonta, ¡es tan divertido! Pero eso ya sería pasarse. Y yo no me paso.

De la raya. Pasarse de las rayas, mal. Mueres. Mueres tú, no yo. Que yo no me paso. Y así, entre una cosa y otra, son las 4, el sol se pone en algún punto recóndito del plano, que no es plano, es redondo, pero lo llamamos plano, y yo me voy. O no me voy, no sé. Todo depende de mí. Pero no lo sé, lo dejo a mi antojo.

Y es que, los condicionales son de volubles.

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