Pero las personas, igual que se encuentran se pueden perder. Es horrible, pero sucede. Un día, sin previo aviso, pierdes a tu abuelo. O a tu tía. Distingamos aquí entre perder para siempre, y perder con opción a recuperar. El primer tipo de pérdida al principio parece increíble. No te haces a la idea. Pero, con mucho llanto y mucho kleenex usado, se acaba uno haciendo a la idea. Ya sea gracias a la compañía de tu almohada o de un hombro con mucha paciencia. Para la segunda pérdida no hay nada escrito. ¿Un enfado? ¿Una pelea? ¿Sentimientos contrapuestos? Sí, hay muchas maneras de perder una persona. Pero todas duelen por igual. De una forma u otra, perder una persona supone extirpar parte de tu día a día y, aunque sólo sea por el cambio en la rutina, el agujero en la rutina, ya se nos hará raro.
Luego están esos juguetes de cuando eras pequeño, que pierdes un día y te alegra tanto encontrar pasados los años. Ese disco que te saca una sonrisa. Esas gafas con un cristal roto. Recuerdos al fin y al cabo que te gusta ver aflorar.
Temes perderlos, los recuerdos. Temes no haber guardado un diario con cada cosa y llegar a viejo para descubrir que ya no puedes revivir grandes lapsos de tu vida. O quizás temas encontrarte cara a cara con esa situación olvidada, ese dolor desvanecido con el paso del tiempo o ese llanto ahogado por la vejez. Encontrarte con los momentos más dolorosos y ser incapaz de mirar hacia otro lado y seguir adelante.
Buscamos perder la vergüenza, la vanidad y muchas otras palabras con v. O tal vez esas pérdidas vengan solas y nunca hayamos buscado convertirnos en unos desvergonzados. Unos buscan reencontrarse con sus padres biológicos, a los que nunca vieron y otro buscan perder de vista unos padres que no estuvieron a la altura. Perder o encontrar. Buscas perder un imperdible, porque siempre te gustaron los retos. Buscas encontrar una aguja en un pajar. O te gustan más las cosas fáciles y sólo buscas perder una aguja o encontrar un imperdible.
Pierdes batallas, internas o frente a toda la sociedad, quizás porque perdiste los motivos por los que luchar o porque encontraste otros nuevos y los antiguos perdieron el sentido. Encuentras maneras de seguir adelante. Encuentras personas por las que seguir adelante. Y pierdes miedos a medida que pasan los años. O los ganas, según seas o no hipocondríaco. Pierdes las buenas costumbres, encuentras lugares hermosos y pierdes la noción del tiempo al visitarlos.
Pasamos toda nuestra vida visitando la oficina de Lost & Found, encontrando y perdiendo cosas, personas, lugares, recuerdos, situaciones, sentimientos e ideas. Porque, al final, es lo que le da la sal a la vida: los cambios, las pérdidas, los encuentros y los reencuentros. Ya sean para bien o para mal.
Temes perderlos, los recuerdos. Temes no haber guardado un diario con cada cosa y llegar a viejo para descubrir que ya no puedes revivir grandes lapsos de tu vida. O quizás temas encontrarte cara a cara con esa situación olvidada, ese dolor desvanecido con el paso del tiempo o ese llanto ahogado por la vejez. Encontrarte con los momentos más dolorosos y ser incapaz de mirar hacia otro lado y seguir adelante.
Buscamos perder la vergüenza, la vanidad y muchas otras palabras con v. O tal vez esas pérdidas vengan solas y nunca hayamos buscado convertirnos en unos desvergonzados. Unos buscan reencontrarse con sus padres biológicos, a los que nunca vieron y otro buscan perder de vista unos padres que no estuvieron a la altura. Perder o encontrar. Buscas perder un imperdible, porque siempre te gustaron los retos. Buscas encontrar una aguja en un pajar. O te gustan más las cosas fáciles y sólo buscas perder una aguja o encontrar un imperdible.
Pierdes batallas, internas o frente a toda la sociedad, quizás porque perdiste los motivos por los que luchar o porque encontraste otros nuevos y los antiguos perdieron el sentido. Encuentras maneras de seguir adelante. Encuentras personas por las que seguir adelante. Y pierdes miedos a medida que pasan los años. O los ganas, según seas o no hipocondríaco. Pierdes las buenas costumbres, encuentras lugares hermosos y pierdes la noción del tiempo al visitarlos.
Pasamos toda nuestra vida visitando la oficina de Lost & Found, encontrando y perdiendo cosas, personas, lugares, recuerdos, situaciones, sentimientos e ideas. Porque, al final, es lo que le da la sal a la vida: los cambios, las pérdidas, los encuentros y los reencuentros. Ya sean para bien o para mal.
-¡Hay muchos peces en el mar! Encontrarás otros.
ResponderEliminar-¡Sí! Pero yo quiero MI pez.
Me gusta todo lo que se puede encontrar y perder yque no me había dado cuenta. Encontrar y perder es de esas cosas cotidianas que siempre son diferentes :) Pero definitivamente falta una Oficina de No Objetos Perdidos.
Me encantan los retos relacionados con imperdibles xD
@Kailer: Efectivamente, no todos los peces valen :) Pues sí, hay mil cosas a perder y encontrar en el día a día. ¿Una oficina de objetos que queremos perder, tal vez?
ResponderEliminarMás o menos, ésa es la idea :)
ResponderEliminarBuscas perder un imperdible, porque siempre te gustaron los retos. Buscas encontrar una aguja en un pajar.
ResponderEliminarMe ha encantado :)
A veces tenemos que perder un imperdible para encontrar una aguja en un pajar.
Sería todo más fácil con una oficina de lost&found, pero te mostrarían tantas agujas que algún día fueron imperdibles... todas en una caja y sin ningún pajar que no tendría sentido coger alguna porque difícilmente sería tu aguja, porque en el fondo es lo que todos vamos buscando, nuestra aguja.
@Anónimo 2: Nuestra aguja en un pajar. O nuestro pez en el mar. Supongo que sí... Me alegro de que te haya gustado =)
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