Me irritan. Me irritan los cumplidos por reciprocidad, las páginas web con música de fondo que empieza a sonar sin mi permiso y las faltas de ortografía en las tartas. Me irritan las picaduras de mosquito, de avispa o de tábano; el contacto con las ortigas y las caídas sobre cemento. Me irritan las personas que se meten con otros más débiles que ellos y lo encuentran divertido; las personas que mienten gratuitamente y las que se quejan de todo. Me irritan las bebidas cuyo hielo se ha derretido, las canciones rayadas y las espinas que se meten en la boca. Me irrita encontrar un pelo en mi sopa, una falta en una carta o un error al principio del problema. Me enervan los que te sonríen a la cara y te maldicen a la espalda, los que critican todas las propuestas pero son incapaces de dar una mejor y los que no predican con el ejemplo. Me irritan los espejos que te hacen gorda, las cámaras que detallan milimétricamente tus granos y las fotos en que dices que sales mal. Me irritan las personas que creen saberlo todo y que son incapaces de asumir cuándo no saben responder una pregunta, las que van diciendo que están feas todo el rato para que les digas que no es así y las que critican algo y luego lo acaban haciendo. Me enerva decir algo, que todos pasen de mí y luego descubrir que tengo razón. Me irritan las faltas de educación, olvidar un nombre y saludar desconocidos confundiéndolos con conocidos. Me irritan las personas negativas, aquellas que ven el vaso vacío sin importar todas las cosas buenas que les ocurran; las que viven histéricas y cualquier cosa les saca de sus casillas y las que se creen superiores a otras. Me irritan las comidas repetitivas, las que sueltan grasa en el plato y las que saben mal. Me irrita encontrar frutos secos en mi brownie, pasas en mi bollito o que me toque la hoja de laurel. Me irritan los que hacen trampas jugando al póker, los que se saltaban a la torera el "pies quietos" jugando y los que siempre se querían esconder contigo y no eran capaces de buscar un escondite.
Me irritan miles de cosas. Todas esas y muchas más. Y, sin embargo, siempre logro encontrar motivos para sonreir. Las cosas irritantes no me quitan la sonrisa más de 10 segundos.
Mi blog.
Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).
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ResponderEliminarMe alegra saber que no te dura más de 10 segundos... Si una mira bien alrededor, siempre hay algo amable que compensa el resto.
Me gusta tu blog. :)
@Alaen: efectivamente, siempre trato de ver las cosas bonitas :) Me alegra que te guste, todo un honor =)
ResponderEliminarSaludar desconocidos confundiéndolos con conocidos.
ResponderEliminarCreo que me voy haciendo una pequeña idea de ti... has de ser una ávida devoradora de libros, apasionante escritora y una de esas miopes (con poca graduación) que saludan al de la acera de enfrente porque no llevan las gafas puestas.
@Anónimo 2: Poco más o menos me has calado. Ya no tan ávida lectora, por falta de tiempo más que por otra cosa, pero siempre tratando de ponerle remedio. Escribo siempre que quiero y puedo. O que puedo y quiero, según se vea. Y sí, adoro escribir. Y supongo que también debo aceptar que soy medio miope, y que a veces les sonrío a extraños :)
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