Ella, contándote sus más profundos secretos. Sus sueños más ocultos. Sus ideas más originales. Y tú mirándole el largo de la falda.
Ella, eliminándote poco a poco de su rutina. Borrando recuerdos, rompiendo fotos y cartas, olvidándose de ti. Y tú, apareciendo cada noche como el príncipe azul de sus sueños.
Él, hablando nimiedades, mirando las chicas pasar. Y tú, muriéndote de ganas por ser el ella que puebla sus palabras.
Él, olvidándote en el vino, en una copa eterna que nunca deja de rellenar. Y tú, en los brazos de otro, ajena a la herida que provocaste.
Ella, agónica en su lecho de muerte. Y tú, desmemoriado, al lado de una extraña que se apaga. Sin saber siquiera quién eres.
Ella, ilusionada, preciosa, dispuesta a ser la única. Tu única. Y tú, a la caza de una sola noche a su lado.
Tú, ajena, trabajando, a lo tuyo. Y él, observando, desde la distancia. Feliz. Pensando cómo y cuándo dar el primer paso.
Ella feliz de estar a tu lado. Y tú, el motivo de todas y cada una de sus sonrisas, sin darte cuenta.
Él, con un ramo en la mano y una declaración en la otra. Y tú apagada o fuera de cobertura. Exiliada del mundo para 'encontrarte a ti misma'.
Ella, con su maleta, con sus recuerdos, con su vida a la espalda. Y tú, fresco, nuevo, sin importarte nada ni nadie más que tú.
Él, con sus ideas de científico chiflado, con sus chistes de doctores en astrofísica, con sus fórmulas para redescubrir la vida junto a ti. Y tú, engañada, ciega, sin (querer) ver lo que tienes delante.
Ella, cada día más arreglada, cada día más guapa, cada día más preocupada por gustarte. Y tú, ensimismado, observando a otras pasar por delante de tus narices.
Él, tan tú, tan alegre, tan amable, tan enamorado. Y tú, tan altiva, tan perdida, tan ciega.
Él tan triste, tan ahogado, tan perdido. Él concentrado en sacar a relucir sus penas, en bañarse en la autocompasión. Y tú, tan alegre, tan distinta. Sólo queriendo formar un futuro feliz a su lado. Y él, prefiriendo la soledad de su pluma.
Ella, toda independencia, toda fortaleza, la que llega más alto, la que logra más que nadie. La que está más sola. Y tú, observando, abajo, esperando un sólo tropezón suyo para ayudarla y convertirte en el hombre de su vida. En el príncipe que siempre quisiste ser.
Me quedo unos cuantos, aunque es difícil elegir :)
ResponderEliminarLos tres primeros y el penúltimo me han gustado especialmente.
PD: ya tengo twitter, I follow you ;)
¡Gracias!^^
ResponderEliminarPD: Ya te sigo de vuelta. ¡Qué ilusión me hace tenerte por ahí! =)