Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

lunes, 9 de abril de 2012

Entra

De entrada diré, que la entrada a esta entrada es gratuita, inolora, incolora, indolora. Y que espero que no os resulte insípida.
Entramos en una nueva fase. Entramos a tiempo. Feliz entrada y salida del tiempo; el momento, no la persona. Entramos en un nuevo bloque. Entramos a destiempo. ¿O todavía entramos a tiempo? 3... 2... 1... Entra el nuevo milenio y entra el camarero con las uvas. Entradas, que marcan la entrada del año.  De pelo en cabezas; de personas que hace mucho que no vemos, de la fiesta más popular de la ciudad o de bares chungos compradas a última hora. Entradas a destiempo, que no es momento, que somos jóvenes, que quiero salir, no entrar. Que quieren salidas, no entradas. Jóvenes de entradas entradas en cráneos que entran a chicas salidas. O entradas. ¿Quién sabe? Esa entrada se merecía una roja, ¿imaginas árbitros en el día a día? ¡Eh, tú! ¡Fuera de ahí! ¡Juego limpio! ¡Otra como esa y te vas a casa!... Y así con todo. Hasta con cómo comer los entrantes o cómo reaccionar ante una entrada (¿ésta?) inesperada. Que el gasto es igual que el ahorro lo sabe todo el mundo, ¿no? Debe haber tantas entradas como salidas. Supongo que es ley de vida. Y también es aplicable a las personas.
Pero, entremos, entremos, que hace viento y cuando te entra un virus no hay quién lo cure. No sé si me entra el vestido, no estoy entrada en carnes, pero se me ve demasiada entrada, entrepierna quiero decir. ¿Qué hay de entrantes? Hombres entrados en años, entrados en entradas y entrados en salidas. Y tal vez tengas suerte, y no estén también entrados en carnes. ¿Y cuánto cuesta la entrada? Todo, la salida es gratis. Esto no es como el Castillo de Irás y no Volverás. Aquí se entra empujando y se sale con fluidez. Poco más que a trompicones. ¿Sales ya? Deberías saber que se deja salir antes de entrar. Pues lo mismo al colgar un cuadro, con los clavos. ¿Qué calvos? Ellos sí que tienen entradas. Pero de las que no sirven. Yo quiero entradas para ese concierto. Que ya que entro en alguno, que sea un grupo entrado en sabiduría. Y aplaudir su entrada, física, que yo a los papeles no les aplaudo. Espero no quedarme a la entrada. Entrada ya la noche, ire(¿mos?) a la salida. Salir por propio pie, que no por gusto propio. Seguro que la entrada sabe más dulce. Los fines pueden ser amargos. Pero eso no se lo digas a un actor, la entrada es su momento glorioso, pero la salida es su coronación. Ovación y aplausos por igual de jóvenes, menos jóvenes y otros, más entrados en años. Y en carnes. Y en entradas. ¿Cuánto es la entrada del castillo en las nubes? Lo bueno de las nubes es que no les ha llegado aún el boom inmobiliario. Tal vez por 5 duros te dan 1Nm^3. Quién sabe... Yo he mirado las entradas de entrada en el diccionario y no me entra en la cabeza ni una más.

¿Entras?

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