Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

martes, 23 de octubre de 2012

¡Qué buen tiempo hace!

Mi página web del tiempo (weather.com) me ha traicionado.



Probablemente es mi culpa (no voy a empezar culpando a otros después de darte la murga con que, en la mayoría de tus problemas, el única responsable eres tú). Es mi culpa por mirar el resumen de la temperatura para hoy en Sevilla. 23º, decía cuando yo lo miré. Lo que no me dijo es que serían 23+7, o sea, 30 grados. ¡¿30º?! Sí, como lo oyes. Sevilla is different y aquí, mientras tú en Asturias o en Finlandia ya has usado 4 veces cada una de tus bufandas y abrigos, yo pasaba calor yendo en vestido y medias gordas.

No lo niego, es mi culpa por no mirar un resumen 'hora a hora', como he hecho hoy. Mañana habrá unos 20 grados durante todas las horas que pasaré fuera. Y tal vez te preguntes por qué le doy tanta importancia al tiempo ahora. Es bien sencillo. En primer lugar me he ¿vuelto a?, ¿empezado? a interesar por el tiempo porque tengo unas preciosas botas nuevas y quiero saber qué días conviene llevarlas y qué días moriré de asfixia si lo hago. Que para presumir hay que sufrir, pero yo si voy a sufrir mejor no presumo. Y en segundo lugar porque mis conversaciones de ascensor se han visto aumentadas este año. No es que use menos las escaleras (que, aunque me cueste admitirlo, también), sino que me encuentro más personas de las de 'hola-qué tal-bien y tú-bien. (Silencio incómodo) Cómo acabaste Septiembre/cómo vas-Bien, tú sabes/ya sabes. Y tú-Bien. (Silencio incómodo, miradas. Sonrisas. Je-je-je. Fin de la conversación). Y con conversaciones así no hay nada que venga mejor que el tiempo. Sobre todo durante todo el año (Sé que es contradictoria mi última frase pero, ¿no es genial causar desconcierto?). Especialmente en las 4 estaciones.

¡Pues claro que el tiempo da que hablar durante todo el año. En invierno nos quejamos del frío, de que es el invierno más frío en tantos años, de que ha llovido mucho, que ya veremos en verano las inundaciones. O de que no hace casi frío, que a ver cuándo llega el frío, que no ha llovido apenas nada, que ya veremos en verano con la sequía. En otoño que a ver si se va ya el calor, que el tiempo está loco, que ayer lluvia y hoy un sol radiante, esto no hay quien lo entienda (pese a llevar viviéndolo 20 años, claro está), que ya no sabes si sacar la ropa de invierno o no... Y creo que podrás imaginarte las conversaciones de primavera y verano.

Lo cierto es que te he mentido. Hablo del tiempo porque he visto un documental en la tele, uno de estos reportajes en los que descubres la de despojos humanos que hay por ahí sueltos (diciendo ¡ay! ¡Ay!, para que aprendas a escribir). Un hombre desahuciaba a su propia madre (muy divertido que se diga 'propia madre' como si al decir 'a su madre' no quedara ya lo bastante claro que es la madre de él, su propia madre), un médico falso ofrecía operar con prótesis de silicona de otra enferma a una chica que quería más pecho. Operarla en su propia casa porque era una operación menor. Y, por último, un hombre vil y despiadado había montado una ONG CON fines lucrativos que lo único que hacía era enviar chatarra a África, recibir donaciones de ingenuos y vender en negro las donaciones recibidas por terceros.

Y yo no soporto las noticias sobre bajezas humanas. Me entristecen mucho. A mí me gusta leer porque ahí todo es bonito. Y lo que no es bonito puedo pensar que es ficción. Y así la vida, los seres humanos, todo en general resulta mucho más puro, con mejores intenciones, mejor. Pero las noticias tristes... El hecho de ser reales me impide obviarlas, y al ser tan terribles, me entristece pensar que haya humanos así. Básicamente, a la mayoría, no los entiendo. Puedo entender el motivo (motivos) de un crimen pasional, pero ¿qué me dices de los que van a un colegio a pegar tiros a todos los que se crucen por ahí? Y no entenderlos sólo hace que todo me parezca más triste.

Por eso yo me centro en Anna Karenina, donde los problemas son de tinta electrónica y los muertos reviven si dejas a mitad el capítulo que hable de su lecho de muerte. (Lecho de muerte, qué combinación tan tétrica). Y todo esto viene porque llevo desde ayer a medio día sin crujirme el cuello. Y creo que en 20 días más así habré logrado quitarme esa terrible manía. Y luego iré a quitarme la manía de corregir todas las faltas ortográficas/léxicas encontradas. Sé feliz.

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