Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

viernes, 26 de abril de 2013

Basado en historias reales 1.0

Un día vi que George andaba más decaído que de costumbre y le pregunté qué le pasaba.

-Mi padre ha tenido un accidente.
-Vaya, lo siento, ¿le ha atropellado un coche? ¿Qué le ha pasado?
-No, un tigre. Le ha comido una pierna. En el poblado de donde yo vengo, a veces bajan los tigres y atacan a las personas. Mi padre estaba en la casa, el tigre entró, y no le dio tiempo a defenderse.

Al padre de George le comió una pierna un león, ¿cómo podría tener yo la desfachatez de atreverme a entristecerme por perder un autobús y tener que esperarlo 20 minutos? Últimamente pienso mucho en la cantidad de vidas con que me cruzo a diario. En el autobús, sobre todo. Las cosas han cambiado (qué vieja soy) desde que entré en la carrera. Antes (o al menos eso creo yo) la gente iba mirando por la ventana o escuchando música. Ahora casi todos van mirando el teléfono. Yo, a veces, también.

Luis José iba hablando en el autobús con su amigo David Fernando. La felicidad que irradiaban las palabras de Luis José me cautivó, no podría negarlo. Escucharle fue una bofetada de realidad. Siete y veinte de la mañana, sé que no debería escuchar conversaciones ajenas. Pero hacía tanto que nadie hablaba con tanto entusiasmo tan temprano que no pude evitar quedarme con la cara de este ¿peruano? tan dicharachero. En lo que tardamos en llegar a Sevilla le contó a su amigo (y sin quererlo también a mí) su vida:
-Pues hoy trabajo de 6 de la tarde a 6 de la mañana.
-¡Qué de horas! ¡Qué cansado! ¿No te da sueño?
-Lo cierto es que sí. A eso de las tres de la mañana o así me entra sueñito y tengo muchas ganas de dormir, pero allá como no hay de nada. Además hace frío. Tengo que llevarme una manta, y sólo tengo una pequeña banqueta. Sin respaldo siquiera. Y otra para apoyar los pies. Yo lo que suelo hacer es taparme y, como si entra alguien, la puerta chirría mucho, pues puedo estar de duermevela un rato. Lo único malo es mi compañero, Vasile, que siempre llega tarde. Él siempre se viene con una excusa: "no, es que mi coche se rompió esta mañana", "hoy fueron los frenos", "no pude dejar a mi hija con la señora que la cuida hasta ahora". Y nunca llega a las 6 de la mañana. Siempre un par de horas tarde.
-¿Y no le dices nada?
-No, verás, yo tampoco me quiero chivotear al jefe, que son malos tiempos y no estamos como para perder trabajo. La cosa es que siempre que le he llamado a lo mejor a las 5:30 de la mañana o así me responde con 'jghe, ¿huh? ¿Sí? ...". Que yo creo... ¡que yo creo que está dormido!
(Notar que aquí el tono de Luis no era para nada de resquemor o resentimiento. Al contrario, lo dijo entre risas. ¿Cuántos de nosotros reiríamos si tuviéramos que trabajar todos los días 2 horas más, sin remunerar y después de haber trabajado 12?)
-Jajaja. Claro, seguramente esté dormido. Lo que tú tienes que hacer es comprarte Actimel, que es una bebida energética, con muchas vitaminas.
-¿Cómo? ¿Cómo se llama?
-Actimel. Tiene vitaminas, y viene en pequeños botes.
-Ah, pues sí, sí, lo voy a comprar. Me vendrá bien. No lo conocía. Quería comprarme un termito también, para llevarme café y tomarlo allá a las 3 o 4 de la mañana, que es cuando más sueño tengo. Y así aguanto bien y no tengo que comprar el café de allí. A ver si hoy me da tiempo a comprarlo. Es que hoy es el peor día: trabajo de 6 de la tarde a 10 de la mañana, así que necesito café.
-¡Vaya! ¿Y aguantarás?
-Yo creo que sí, ya te digo, con un poco de café.
-¿Y mañana?
-No, mañana descanso.
-Ah, bueno. No trabajas mañana entonces, ¿no?
-No, sí, sí trabajo. Pero sólo de 6 a 6.

A mí me hicieron re.relativizar muchas cosas. Siempre he procurado mantener los pies en la tierra y ni llorar por cosas que no hayan sido trágicas o tengan solución, ni enfadarmepor tonterías. Aún así, escuchar el tono de voz, la vivacidad con que Luis José me contó que descansar significaba trabajar 'sólo' 12 horas me alegró todo un día. Ojalá pudiera hacer que tú también escucharas la conversación completa.

Simplemente quiero decir que por muchas cosas malas que pasen a diario, que pasan y seguirán pasando, no lo dudes, siempre debemos buscar los pros de la solución. ¿Los de Luis José? Tener trabajo en una época tan dura. Un trabajo que ni siquiera sé si es legal. Dudaba de la legalidad de trabajar 12 horas, ya de las 16 que tuvo que trabajar el martes (del martes al miércoles) ni te digo.

Y no creo que eso sea conformismo. Creo que es, simplemente, optimismo y ganas de vivir. Porque él, segura estoy, no querría vivir el resto de su vida de vigilante nocturno (por si no habías adivinado aún que era ésa su profesión), simplemente asumía que era lo que tenía que hacer ahora y lo que tendría que hacer por ahora hasta conseguir un empleo mejor.

Buenas noches. Espero que las conversaciones sean fácilmente inteligibles. Hay vidas y vidas.

PD: Basado en historias reales.

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