Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

domingo, 20 de noviembre de 2011

¡Pero cómo no voy a votar! ¡Si es una fieshta!

Acabo de volver de la fiesta de la democracia. Yo me había arreglado mucho, que me habían dicho que iba todo el mundo, bueno todos los invitados. No olvidemos que a los menores de 18 les dejamos abortar pero no votar. El caso, me puse un vestido de seda, tacones de 12 centímetros, pelo de peluquería y maquillaje de 3 horas. Lo normal ¿no? Me hice una sesión fotográfica antes de salir, vamos lo que siempre se suele hacer antes de una fiesta. Quizás no debería haber salido de fiesta, teniendo en cuenta que estoy de exámenes y que me falta tiempo (libre) pero la democracia sólo da una fiesta cada cuatro años, y no es cuestión de faltar a una. Que lo mismo luego se piensa que no iré a la siguiente y me deja de invitar.

Hice una tarta para la ocasión, que no está bien ir a una fiesta sin llevarle nada al anfitrión. Y me puse un abrigo. De estos de paño, cortos pero calentitos. Porque aunque esto sea Sevilla, en Sevilla hace mucho frío. Así que nada, me fui de fiesta. Se me hizo raro una fiesta que empezara tan pronto y que se celebrara en un colegio público, pero a caballo regalado no le mires el diente. El caso es que, después de que todos mis amigos me dijeran que iban a ir ellos también, llegué y ¡sorpresa! ¡Ningún conocido! Además el ambiente era un asco. En realidad, no había ambiente. Sólo adultos sentados o de pie sonriéndose y saludándose. Que vale, que yo también soy adulta ahora (adulta, que no adúltera), pero ahí no había nadie menor de 30 años. ¡Y sin música! ¿Qué clase de fiesta no tiene música? Digo yo que no es tan difícil pedir unos altavoces o algo. Además, que por lo visto la democracia lleva ya bastantes años dando fiestas, debería tener un poco de experiencia... Y tampoco había comida. Sólo mi tarta. Y la gente, ¡la gente iba vestida de normal!

Sólo había papelitos blancos y naranjas. Ni juegos de mesa, ni Singstar, ni canapés, ni barra libre, ni gente de mi edad... Me he sentido bastante engañada. He hablado con algunos de los presentes, y no tengo queja alguna, muy amables todos, pero no me ha convencido. Yo que iba con toda la ilusión a salir de fiesta de una vez, a mi primera fiesta de la democracia y todo una decepción. Además resulta que no se va a botar sino a votar. Quiero decir, yo pensé que pondrían música tan buena que todos botaríamos a su son, pero resulta que lo que se hace es coger uno de esos papelitos y meterlo en un sobre y luego meter el sobre en una caja después de que un hombre lo toque para ver que sólo has puesto uno. Un sobre naranja y un sobre blanco, cada uno con un 'algo' dentro. Vamos, una verdadera decepción. Con decirte que me he ido a los 10 min...

4 comentarios:

  1. Chica, has estado sembrada. Eso sí, en eso de "Quiero decir, yo pensé que pondrían música tan buena que todos botaríamos a su son", como ya habrás comprobado, por más mala que sea la música y menos que te inspire, no te queda otra que acabar bailando a su son... eso sí que es un asco.

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  2. Sí, pero yo hubiera preferido, ya que harán lo que les dé la gana, que por lo menos hubieran engalanado un poco el local, o nos hubieran dado un psicolabis o qué sé yo. ;)

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  3. Tratas temas serios desde la simpatía de tu escritura para hacerlos sinceros y livianos.

    Me encanta tu estilo, resulta como si escribieras con una sonrisa y se la transmitieras a quien te lee

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  4. Con cada comentario, me siento más halagada y más me pica la curiosidad por saber quién se está tomando tanto tiempo en leerme. Me alegro que te guste, siempre procuro escribir 'con sinceridad' (o ironía, según el caso).

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