Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

miércoles, 14 de noviembre de 2012

2014: Una odisea en la universidad.

Despertador a las 6:30, tengo suerte de poder bajar en metro, no sé si hubiera llegado en autobús. A las 7:30, tras media hora esperando el metro, llego al centro de la ciudad. Me bajo. Me han dicho que los autobuses urbanos pasaron más o menos bien, pero después de esperar 10 min en la parada, con gente que llevaba otros diez esperando, decidí irme caminando. Unos 5 km más tarde, llegué a la universidad.


2012, Odisea en mi facultad: sólo están encendidas las luces de emergencia. ¿Habrá clase? Todas las puertas cerradas. Después de caminar 5 km, una, que no es Bolt, tiene sed. Voy a las fuentes del interior de mi facultad: han cortado el agua. Sed, mucha sed. Caminando hacia la Universidad he pensado en los niños que caminan 8 km para poder recibir educación. Sé que soy una afortunada. Tal vez me creas algo rarita por pensar en lo afortunada que soy en esas condiciones. Al menos para mí sólo es un día. Tal vez lo de tratar de verle el lado bueno siempre a las cosas sea algo característico de mí, pero si lo pones a prueba verás que la vida es mejor.

Llegué a la universidad a las 8:15, gracias a que me acercaron en coche un kilómetro unos conocidos que pasaban por ahí. He de decir que los ánimos de una se vienen ligeramente abajo cuando, tras más de una hora de paseos, metros y esperas, empiezas a pensar que tal vez no haya clase. Pero no por falta de asistencia del alumnado ni del profesorado: simplemente porque algún alma caritativa y bienintencionada ha tenido a bien cortar el suministro eléctrico de tu universidad, para reivindicar... ¿qué? Algo, seguro que algo se consigue dejándonos sin luz.

Llega el profesor y dice que le daremos 30 minutos al bedel para que venga a abrir, si no viene para entonces, no daremos clase. ¡Diantres! Nos enteramos de que sólo hay un encargado de abrir las puertas para toda la universidad hoy, porque sólo hay servicios mínimos. Por fin, nos dicen otros compañeros que para que nos abran hemos de ir a pedir las llaves a conserjería. Todo arreglado. Abren la clase y entramos. Sólo en mi clase, seríamos unos 30, tal vez podríamos decir que 10 menos de lo normal. Aunque, claro, es difícil decirlo porque hay clases que se llenan más y menos y unas veces somos 15 y otras 50.

Seguimos sin luz. No pasa nada, daremos clase a oscuras. Nosotros los sufridores vamos a la universidad por nuestro propio pie y entramos a clase y la damos aunque sea a oscuras y sin haber podido beber nada de agua, 'así semoh los esquiroles'. Mis disculpas, tal vez llamarnos esquiroles sea demagogia, pero no puedo hacer otra cosa, antes de ayer me dijeron que era una esquirola por querer ir a clase y que 'me jodiera' si no había autobuses, porque 'el derecho a huelga está por encima del derecho al trabajo los días de huelga'. Además de títere en manos del sistema, soy una esquirola. Tal vez luego me vuelva verde y sea también un poco escarola.

Clase 1 terminada. Hay agua en las salas de estudio externas, menos mal, mi organismo se desecaba cual bacalao. Bebo. Mucho. Vamos a la Clase 2. El profesor llega y damos de nuevo la clase a oscuras. No es demasiado grave, cosas peores hemos vivido, pero no quiero imaginarme lo que pasaría si tuvieran que dar sus clases así los que las dan por las tardes, cuando anochece...

Terminan las clases y me dicen que, por lo visto, alguien ha forzado de algún modo la cerradura de copistería para que no puedan abrirla. ¿Por qué tanto empeño en mi facultad? Ni idea. Unos dicen que pusieron silicona, otros que han metido un palo. No sé nada con seguridad, así que no afirmaré nada con seguridad. Vuelve la luz. Dicen que los benevolentes que la cortaron, además habían colocado un candado en el cuadro general, no vaya a ser que pudiéramos dar clase en condiciones normales. Me alegro por los que tengan clase por la tarde.

Y ahora, ¿qué? La vuelta a casa ha sido patrocinada por una compañera, volviendo en coche no he tenido problema alguno. Así que no puedo contaros cuánto (de más) hubiera tardado si hubiese tenido que ir en autobús. Ahora, ahora entro a leer. Leer comentarios de entes variados y variopintos. Y me encuentro con fotos de estatuas pintarrajeadas (sí, también los que salen a celebrar un partido de fútbol lo hacen a veces, lo sé), con contenedores quemados (ídem) y con esto: http://www.youtube.com/watch?v=IT2QJtkWIvw

Será que en el fondo soy una sensible (¿)de mierda (?), pero me duele mucho ver vídeos así. Sé que un vídeo no lo resume todo, sé que todo el mundo no es así. Pero, ¿por qué los humanos no podemos llevarnos bien? Sin insultos, sin gritos. Tu opinión va a ser igual de (in)válida la pronuncies en susurros o a gritos. El volumen de las palabras no es proporcional a la verdad que contengan.

¿Analfabeta? ¿Insolidaria? ¿Esquirola? ¿Dónde queda el derecho a trabajar? A mí me parece que eso es bullying. Yo, en el lugar de esa mujer, no sé cuánto habría aguantado. Te confesaré que dejé de ver el vídeo en el minuto 3. No podía más, y The Smiths me hace sentir mucho mejor que los gritos de unos semejantes. Tal vez, con mi espíritu de mostrarme dura, me habría quedado en la puerta sin más, dejando ver que no tengo miedo (al fin y al cabo, hay un cordón policial delante). Pero, ¿quién le compensa a esa mujer el daño psicológico que supone que una muchedumbre enfurecida te insulte y te lance ¿bolitas de papel?

Siempre he tratado de no darle importancia a lo que piensen los demás de mí. Y no suele importarme, cuando lo hace no me lo permito. Pero no sé hasta qué punto podría soportar todos esos abucheos por el simple hecho de querer trabajar.

El lunes me leí el artículo 28 de la Constitución española. Bueno, y su sinopsis y los manifiestos o panfletos o como quiera que se llamen de los derechos que uno tiene en la huelga de diversos sindicatos. Leer el artículo 28 no supone ni 1 minuto, tardas más en buscarlo que en leerlo, sobre todo si sólo lees el 28.2, por eso consideré oportuno informarme mejor.

Los españoles tenemos derecho a huelga, un derecho que me parece de lo más lícito, pero también tenemos derecho al trabajo. Y, al menos según lo que yo he entendido, ambos derechos deben convivir 'en paz y armonía' en los días de huelga (o no). No sé si es legal insultar o no lo es. Vivimos en un mundo en que los adultos se amenazan de muerte en tuiter, bajo perfiles anónimos que les hacen sentir muy valientes, y luego tiene que ir la policía a resolver el embrollo. Vivimos en un mundo en que yo tiraría de las orejas a los adultos con mentalidad de parvulario y luego informaría a sus madres de su comportamiento infantil para que les regañaran, que no hay mejor forma de que un niño (ya sea uno de 10 o uno de 50) aprenda que contándole a su madre lo que hizo mal.

Creo que es lícito exigir una cierta madurez de los adultos. Si me la exijo a mí misma y me la exigía desde hace ya muchos años (antes de ser 'adulta'), ¿por qué no iba a poder exigírsela a señores (y señoras, no me peguen los igualinazis) hechos y derechos (o torcidos)? Pero nunca deja de sorprenderme que esos adultos hechos y derechos, en su mayoría, no son más maduros que mis primos de 10 años. Sí, saben la Constitución o podrían construir un puente. Tal vez diseñen aviones o estén investigando la vacuna contra el cáncer de colon. Quién sabe. Y, sin embargo, parece que hayan perdido toda la capacidad de raciocinio, toda su empatía, todos sus valores.

Hablo de la pérdida de valores, y me atrevería a hablar de la pérdida de ética. Ahora seguro que me llamarán un día retrógrada. Coleccionaré insultos divertidos, mi favorito el de títere en manos del sistema.

¿No te preocupa a ti que se haya perdido todo el respeto? ¿No sufres cuando ves seres de la misma especie que se pelean a grito pelado en plena calle, y lanzan papeles? ¿No te dan ganas de darle la vuelta al mundo? ¿No sientes la necesidad de ponerles un espejo delante a algunos para ver si así, viendo lo ridículos que resultan, cambian su actitud?

Dime tú, ¿dónde ha quedado la humanidad de la humanidad?


PD: Humanidad: sensibilidad, compasión, bondad hacia los semejantes.

2 comentarios:

  1. Bueno... todos seguimos siendo un poco nehandertales y muchas veces seguimos dándonos golpes de pecho para mostrar nuestra fiereza... Si eso ocurre tras miles de años de "evolución" ¿Cómo puedes pretender que maduremos en tan sólo unos pocos años? Yo ya voy viendo claro que podré morir vieja, pero no madura. También los que gritan e insultan creen que hacen lo mejor para "abrirte los ojos" y que "comprendas". La cura del espejo me parece de las más crueles. Yo no la resistiría. Creo que soy como ellos, solo que con los años he aprendido a disimularlo un poco.

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    1. Supongo que sólo los narcisos sobrevivirían a la prueba del espejo sin rasguño alguno...

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