Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

martes, 28 de septiembre de 2010

Aquí...

-¿Tiene hora?- preguntó aquella niña pecosa.
-Sí. Las doce y media- contesté con la mejor de mis sonrisas.
Y mientras la niña se alejaba con sus andares graciosos pensó que nunca se sentiría vieja. Nunca sería capaz de distinguir un "tieneh hora", destinado a los más jóvenes; de un -¿Tiene hora? destinado a los adultos. Por fin le había encontrado una ventaja al acento. Y así, totalmente feliz por su peculiar descubrimiento, continuó su camino hacia casa. Un poco más derecha y con un esbozo de sonrisa. Alegre por saber que allí y sólo allí podría sobrevivir sin escuchar jamás el lapidario "Disculpe, ¿tiene hora?"

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