Me jugué un sentimiento. Estaba cansada de ver cómo otros jugaban con mis emociones, y quise jugar yo también. Y aposté. Y perdí.
Me jugué un sentimiento y perdí. Y lo perdí. Y me hicieron devolverlo. Devolvérselo a su nuevo dueño. Y ahora alguien que no soy yo anda sintiendo cosas que sí son yo. Me jugué un sentimiento porque tenía póker de ases y pensé que, siendo tan buena mi mano, no perdería. Pero tenían un repóker, y perdí. Y ahora sólo me tocan malas manos y no quiero seguir apostando sentimientos. Porque tengo miedo de perder más veces y acabar insensibilizada. Tengo miedo de apostar tantas emociones que se me acaben y ya no sepa sentir después, cuando vuelvan a tocarme buenas manos o cuando me tope con personas que quiera sentir. O peor, tengo miedo de repartir tantas emociones entre personas que conozco de una sola partida que al final sean otros más yo que yo misma.
Yo nunca había jugado con fuego, porque el que juega con fuego se quema. Yo hacía los experimentos con Coca-Cola (y sin Mentos) y me iba bien. Pero una noche cualquiera acabé en un local oscuro, y todos apostaban sentimientos. Y no quise ser menos. Y perdí. Y no es que le tuviera mucho cariño a ese sentimiento precisamente, no lo hubiera apostado si fuera el más importante para mí, pero bueno, era mío. Y ahora lo he perdido.
Imagínate lo fácil que sería ir jugándose sentimientos hacia personas que no los merecen, para perderlos (casi) sin dolor. Para no tener que pensar en olvidar, porque el olvido llegue obligado por las circunstancias, por las apuestas, por una mala mano en el póker de las emociones.
Me jugué un sentimiento. Y perdí. Dime ahora, ¿cómo lo puedo recuperar si no es jugando al póker?
Mi blog.
Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).
domingo, 4 de marzo de 2012
¿Qué te apuestas?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los quarterbacks y animadoras del blog:
-
Hay tres formas de transmitir calor: por conducción, por convicción y por radiación. Te las explico:
-
¡Lo que hay de prodigio en los Tigger, es lo prodigiosos que son! ¡De goma son sus cabezas! ¡Sus colas de resorte son! ¡Y bailan, b...
-
Ya había escrito antes algunos trucos para ser una chica dura. Aquí los continuaré en un capítulo especialmente dedicado a contener las l...
-
Ha conseguido que una canción que antes me recordaba a otro ahora me recuerde a él. Y luego dicen que la magia no existe. — ¡Una prosopo...
-
No sé si son los exámenes o el hecho de llamarme Cris y que desde pequeña muchos me llamaran Crispi, Crispis o derivados; el hecho es que úl...
-
Elegí estudiar ingeniería para poder decir que suspendí 5 asignaturas y que la gente no me crea tonta, sino que lo consideren todo un logro ...
-
Hace tres años y medio que no escribo. Mentira, escribo, pero ya no escribo, escribo. No sé si me explico. Hace tres años (eso sí) que no en...
-
Aún no lo sabes, pero me quieres. Lo acaba de decir la margarita que deshojé. Y si lo dice la margarita no puede ser mentira. Me quier...
A veces, escribes cosas con las que me identifico. Te comento como anónimo, para que nadie sepa quien soy. Llevo tiempo leyéndote y me gusta mucho lo que escribes.
ResponderEliminarSigue haciéndolo, creo que ayudas a mucha gente que pasa por aquí.
Ojalá llegue el día en el que pueda decir quien soy realmente.
Me encanta que te guste leerme. Y me halaga que lo hagas a menudo. A ver si el día en que dejas de ser anónim@ llega pronto, que me dejas con las ganas de saber quién eres :)
ResponderEliminar