Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

jueves, 16 de junio de 2011

Cuestión de química

No sé cómo podías pretender que siguiéramos juntos. Existe una cosa llamada energía de enlace. Te explico, se trata de la energía que hay que invertir para separar una pareja. Pues bien, la nuestra era negativa. O sea, que el esfuerzo requerido era para mantenernos juntos, no para separarnos. ¡Estábamos ya separados!
Y es que, tú siempre dices que me conoces, que sabes mucho de mí. ¡Qué casualidad que nunca me encuentres! ¿No será que me conoces tan "bien" que buscas en los nodos de mi función de probabilidad? Es probable, más que probable. Seguro que no tienes ni idea. Tienes una concepción errónea de mí. Me confundes con otra, pero yo tengo clara mi configuración electrónica, y sé cómo soy. Nada me cambiará, sólo cambiaré yo si algún día decido alcanzar la configuración de pseudo gas noble.
¡Pobre de ti! Debiste comprender que lo nuestro no tenía futuro cuando medimos la energía de enlace. Pero te dio igual. No te importaba el enlace, sólo permanecer juntos. A veces las cosas hay que dejarlas marchar. ¡Compréndelo! ¡Él es un gas noble, y tú sólo una Tierra Rara! ¿Cómo podías pretender que lo nuestro funcionara? Ni por enlace covalente ni por metálico. No teníamos futuro.
Y mira que busqué la solución ideal. Y encontré muchas. Me dijeron que: H2Oà2H+O era la mejor opción. Así que nos sumergí en ella. Pero ni por esas. Tengo que decir que lo de las soluciones ideales es una farsa. Se anuncian como el líquido que resolverá todos tus problemas, y luego por mucho que las uses no hacen nada. Probé a bañarnos en agua, a untarnos agua, a bebernos agua. Nada. Ahora que lo pienso, llamaré a la Teletienda, les amenazaré con denunciar por publicidad engañosa si no me devuelven mi dinero. ¡Pagué por una solución ideal y mis problemas no se disolvieron!
Pero nosotros sí. Nos disolvimos. No quedaba otra. Podíamos haber sido un perfecto enlace covalente. Pero éramos demasiado diferentes. Siempre fuimos un minúsculo iónico más. Tú tan negativo, yo tan positiva. No quedaba otra forma de enlazarnos. Quizás ahí debimos darnos cuenta de que agua y aceite nunca serán una mezcla homogénea. Darnos cuenta de que los polos opuestos se atraen, pero sus uniones no son longevas. Pero supongo que la atracción nos pudo. ¿Qué pueden hacer dos moléculas frente a la inmensidad de una fuerza intermolecular como esa?
Así que comenzamos una unión que desde el principio no tenía ningún futuro. En los enlaces iónicos como el nuestro, uno se queda con todo, y el otro da todo. Uno hace todo el esfuerzo y el otro se limita a dejarse querer. No puedo asegurar quién fue el donador de la relación, lo que sí puedo decir es que, desde luego, yo soy más catión que tú. Tan negativo, tan pesimista, tan anión, tan tú.
De manera que, ahora que por fin hemos logrado vencer la fuerza de atracción; ahora que, por fin, hemos dejado marchar y hemos permitido a la energía de enlace asumir valores normales, podemos seguir viviendo. Tú formando iones con otros cationes con más aguante. Y yo, por mi cuenta, buscando una molécula que me soporte a mí y a mis electrones de menos. Sólo espero llegar algún día a formar un enlace covalente duradero.

6 comentarios:

  1. Gracias a tí no tendré que darle un repaso a química jajaja

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  2. De eso se trata, pequeña Zerimar, de conectar los estudios con la vida real para facilitar el aprendizaje. :)

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  3. Eres grande,la entrada es divertida y de paso se repasa

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  4. ¡Gracias! ¿Puedo preguntar quién eres? :) ¡Los comentarios anónimos siempre me matan!

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  5. No tenía pensado comentar esta entrada, pero tras leer los comentarios aquí va otro anónimo para tu úlcera personal.

    Pareceré redundante, pero me sabe mal no darte de nuevo mi más sincera enhorabuena, no a todo el mundo se le ocurriría conectar de ese modo lo amargo de una ruptura, con el soso (sólo en ausencia de NaCl) sinsabor de otra realidad aparentemente inconexa como la química.

    Como eres un catión, te ríes de los propios "males" del mundo como si hicieras zigzag entre obstáculos, grácil y divertida, sin preocuparte mucho más allá de cómo puedan ser interpretadas tus palabras, sino del sentido que tienen.

    Enhorabuena, a cada entrada que leo, otra que quiero seguir leyendo, gracias a ti ahora duermo menos, y te leo más.

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  6. @Anónimo 2: ser causa de insomnio es el mayor piropo que me han dicho hoy :) Creo que tendré que perdonarte que no digas quién eres...

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