Mi blog.

Dentro de muchos años entraré aquí y será mi particular baúl (digital) de los recuerdos (no digitales).

domingo, 9 de octubre de 2011

Flor

Podríamos hacer muchas cosas ahora. Podríamos enviar flores. Podríamos consolarnos mutuamente. Abrazarnos o llorar. Podríamos decir muchas cosas. Ya no 'se va a curar'. Porque ya no se va a curar. Pero podríamos decir otras cosas: 'es lo mejor', 'ahora está en el Cielo', 'así no sufre'... Podríamos mentir en muchas formas. Podríamos mentirnos calmando nuestras conciencias con un 'esto a mí no me va a pasar aún'. ¿Por qué no? ¿Acaso eres inmune a la muerte? Unos dicen 'wake me up when September ends'. Bien, yo digo 'wake me up when the cure to death is found'. Porque la muerte te visita sin avisar. Llega en la cama, en la cama de un hospital, rodeado de blanco y verde. O en tu cama, en un infarto mientras duermes. La muerte llega en la ducha, si tienes la desgracia de resbalarte y caer mal. O llega en un ascensor. Imagina que se rompen los cables y te precipitas contra el suelo. La muerte llega, sin llamar y sin darte tiempo a arreglar las cosas. La muerte llega, la muy puta, y se lleva a las personas con las que llevas la vida viviendo. La muerte se lleva a los protagonistas de tus historias, de tus recuerdos. La muerte acaba con el final feliz del cuento de tu vida. Y da igual que te protejas con medicinas millonarias, no le importa el seguro de tu coche ni la calidad de tu casa. Le es indiferente que hayas tenido una salud de roble y nunca hayas fumado. Da igual. La muerte llega, te lleva y le destroza la vida a todos los demás. Y sólo deja lágrimas, flores marchitas y caras largas. Maquillajes corridos, muecas de tristeza y sonrisas fingidas. Nos deja sin voz, al menos a mí. ¿Y para superarla? Para superarla no hay nada. El tiempo, la rutina, mantener la cabeza ocupada. Son los mejores remedios para los problemas sin solución. El ser racional resuelve sus problemas (sin solución) no pensando. Interesante. Pero así es como hay que tratarse con la muerte. Porque ella no tiene caridad ninguna escogiendo. Ni entiende de 'justicia'. Ella sólo tacha nombres de una lista. Y si te ha tocado el gordo no hay posibilidad de remediarlo. Ahora podríamos hacer mil cosas. Llorar. Llorar mucho para sacar las penas. Llorar ahora que se ha ido y los demás aceptarán nuestros llantos. Aunque sea después, dentro de 3 o 4 meses cuando más la echemos en falta y entonces nadie se dé cuenta ni comprendan nuestras caras largas. Quizás llorar es la solución a corto plazo. A largo plazo no hay nada. Asumir. Asumir nuestra nimiedad y nuestra impotencia. Asumir que no podemos hacer nada contra la muerte. Asumir que somos seres minúsculos.
Pero todo lo que hiciéramos ya da igual. Porque ella ya no está. Se fue. Se la llevaron. Yo sólo pido que no me lleven a muchos más.

DEP.

4 comentarios:

  1. Hermoso. En un día en el que estoy enfadado y quiero pasar de todo, ésto ha conseguido emocionarme. Muchas gracias por estas entradas :)

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  2. @Don: Gracias a ti por ser un lector fiel :)

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  3. Cuando alguien muere deja un ENORME vacío en el alma de los que le quieren,y eso no se cura nunca, pero también es bueno saber que alguien a quien se ama ha formado parte de nuestras vidas, que hemos tenido la suerte de tener su amistad y su amor,sus bromas sus pensamientos y eso es algo que nisiquiera la muerte nos puede arrebatar,la gente buena nunca es invisible aunque no esté en nuestro día a día

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