Comidas de Navidad

En todas las reuniones familiares y, especialmente en las de Navidad, se hacen preguntas incómodas. Por lo menos en mi caso las preguntas se les hacen a los primos que tienen menos relación con la familia. Es decir, a los que sólo ven o tratan con la familia en Navidad. Así, por ejemplo, en mi familia materna yo no tengo problema alguno. Como trato mucho todos saben mi vida de pé a pá. Y me libro de cualquier tipo de pregunta incómoda. Mi primo no. El pobre, como es así timidillo y no suele contar nada de su vida, sufrió una noche de constantes ataques hacia su persona en forma de preguntas. Porque, oye, hay preguntas que no se deben hacer. Si alguien te quiere contar algo, pues ya te lo contará.

Creo que, una vez que entras en la universidad, los adultos te harán 4 pregutnas de incomodidad ascendente a lo largo de la reunión. La primera un '¿qué tal?' inocentón, aparentemente libre de cualquier mala intención. Tú responderás (yo respondo) 'bien, como siempre. ¿Y tú qué tal?' Y ahí acabará todo. Já! Eso es lo que tú te crees. El adulto quería cotilleo. Quería noticias jugosas que compartir en cuanto saliera de la cena familiar. Porque oye, sois familia, pero eso no quita que todos cotilleen sobre todos.

Pasarán unas horas, te habrás olvidado de todo. Estarás tranquilamente en el sofá viendo cómo tu primo de 5 años dibuja rayas sobre las escrituras de la casa. Cómo el perro muerde los pantalones a tu tío abuelo que duerme o cómo tu prima ha aumentado su velocidad de respuesta a los SMS a 2 por minuto. Y, entonces, sin venir a cuento tu tío o tu tía se sentará a tu lado. Ahora, dependiendo de lo que sepa sobre ti puede lanzar 3 preguntas, todas igual de punzantes (las otras 3 preguntas de incomodidad ascendente):

1.- ¿Te has sacado ya el carné? Pues no, evidentemente no. Cuando me lo saque ya se encargará mi madre o mi padre de presumir y contároslo a todos. Así que no, sigo sin carné porque no tengo tiempo de estudiarlo. Pero responderás con una sonrisa: de este verano no pasa. Y rogarás por el fin de una conversación que te está tocando la fibra sensible.

Pero tu tío no ha recorrido los 5 metros que separaban su silla en la mesa de tu sofá sólo para irse así sin más. Así que...

2.-¿Cómo va la carrera?/¿Cuántas te quedaron al final?/¿Aprobaste X ya?: Mal. Demasiadas. No, obviamente no. Que mira, puedes ser el mejor sobrino, haber ayudado a poner la mesa y a hacer los canapés y haber colocado las servilletas más bonitas que en un chino, que dará igual. Él quiere saber cuán desgraciado eres. Y no parará hasta averiguarlo. A no ser... A no ser que todo siga yéndote tan bien como en el colegio. En cuyo caso tu tío dejará de preguntar cuando le cuentes que sigues aprobando todo y que tienes 5 matrículas. O incluso, si ya lo sabía de antes, optará por no preguntar y pasar directamente a la última pregunta.

3.-¿Tienes novio ya?/¿Cómo te va con X?/¿Al final cortaste con Y?/¿Qué, te dejó Z?. No. Mal. Sí. Sí. Pero, vamos a ver. ¿He preguntado yo cómo te va a ti con mi tía? Pues no, intuyo que bien que sois felices y no me meto en tu vida. Realmente tengo cosas más interesantes que hacer. Así que, dime, ¿qué más dará si yo tengo o no novio? Y es que, claro, es una pregunta trampa. Puedes responder sí o no, como toda 'Yes-No question' que se precie. Pongamos que dices que sí. '¿Quién? ¿Cómo se llama? ¿Es bueno? ¿Es sevillano? ¿Cuántos años tiene? ¿Qué estudia? ¿Es guapo? ¿Es alto? ¿Tiene perro? ¿Aprueba? ¿Es buen chico? ¿Te trata bien? ¿Cuánto lleváis? ¿Tiene algún pasado oscuro, por ejemplo haber matado a miles de personas en su infancia?' Y claro, a ver quién aclara ahora que era una broma. Que estabas siendo irónica. Que no tienes novio. A ver quién es la guapa que para un torrente de preguntas. Porque, aunque no lo parezca, toda tu familia está siempre escuchando cuando te hacen una pregunta incómoda. Sí, hasta tu tío abuelo, el que dormía en el otro sofá. Sí, hasta tu primito de 5 años, que dirá que el otro día te pasaste toda la comida mirando el guasá. Sí, hasta tu prima la de los SMS, que dirá que te ha notado más sonriente. Y bueno, por mucho que desees un tierra trágame, sólo las uvas (si es Año Nuevo) podrán salvarte (por el momento). Así que 'sí' no es la respuesta adecuada si no tienes novio (o si lo tienes pero no quieres responder una entrevista de 100 preguntas sobre él). Probemos ahora con el no. El no es más suave, pero no impedirá unas cuantas risitas flojas, codazos, 'jejeje's y 'seguro que tiene y no lo queire decir'. O peor 'seguro que lo encontrarás'; 'pues tú eres muy guapa, será porque no quieres'; '¿Y no hay ningún pretendiente?'; 'Tú no te dejes engatusar, vete con el más guapo/listo/rico/bueno' (esto normalmente lo dirá alguna tía soltera o alguna tía casada pero disconforme con su matrimonio, de las que piensan toda su vida que, de haber esperado unos meses, hubieran encontrado un tipo mejor). Sonríes, ríes las gracias carentes de gracia y ruegas al cielo que Anne y Ramonchu adelanten las uvas a y media, que tú 30 min mas de entrevista no aguantas.

Y bueno, así de repente, la comida ha terminado, tus tíos te están dando dos besos para irse y no verte más en casi un año y tú estás con el abrigo en la puerta. Han recogido los polvorones y las panderetas vuelven a estar cogiendo polvo en un sofá vacío. Y se han terminado las vacaciones y te das cuenta de que quieres a tu familia, que sus preguntas eran mera curiosidad por tu bien, para saber si estás bien. Y que, en el fondo, les echarás de menos. Aunque les veas 4 veces sueltas por cada 365 días.